
La familia Martín Faixó siempre ha estado ligada a la tierra que la ha visto crecer. Primero fue el restaurante, en el corazón de Cadaqués, donde los aromas del mar se mezclan con platos que respetan la sencillez de lo auténtico. Después, con la voluntad de recuperar un legado perdido, pero no olvidado, revivieron los viñedos que sus antepasados ya cultivaban con esmero y paciencia, respetando el ritmo pausado que impone la naturaleza salvaje del Cap de Creus.
El Parque Natural del Cap de Creus no es solo un espacio protegido. Es una obra de arte natural esculpida por el viento y las olas a lo largo de los siglos. Las viñas de la bodega están envueltas por este entorno imponente, con vistas panorámicas que se abren infinitas hacia el mar azul y el cielo, que cambia constantemente con la danza de las nubes. Es aquí donde los vinos adquieren una personalidad propia, marcada por la esencia mediterránea y el carácter mineral del terreno.
Visitar la bodega Martín Faixó es una experiencia que trasciende el hecho de comer y beber. Es comprender una historia familiar de amor profundo por una tierra exigente pero generosa; es sentir cómo el pasado dialoga constantemente con el presente, creando un futuro lleno de sabor y emoción.
En este rincón privilegiado, la familia Martín Faixó abre sus puertas para compartir mucho más que vinos y gastronomía exquisita: comparte su manera de entender el mundo, el respeto profundo por el entorno y una hospitalidad cálida que hace que cada visitante se sienta parte de una tradición que sigue latiendo con fuerza.