El espacio donde tiene lugar el universo de Caterina Roma invita a que sucedan cosas, el entorno y sus piezas van de la mano. Su obra respira tierra, y es que el hecho de que trabaje con elementos naturales hace que los resultados hablen. Fruto de un juego de búsqueda y experimentación, donde el aspecto aleatorio y azaroso tiene un papel importante, Caterina establece un fuerte vínculo entre tierra, tradición e historia.

Nos cuenta que a partir de una posible insatisfacción con la pieza acabada, donde esta solo transmite lo que ella quiere transmitir, nace la necesidad de hacer
hablar a los elementos naturales. Tierra, agua, fuego y aire tienen voz propia. Caterina trabaja con la tierra, recogiendo aquello que siempre ha estado ahí, pero nosotros estamos de paso.