Jardines exuberantes. Aroma a espliego, romero y laurel. Antiguos caminos de contrabandistas. Una tisana de la antigua Grecia. Tratamientos milenarios sobre la piel. Ríos, fuentes medievales y aljibes. Las termas de la Vía Augusta. El sonido del viento y el tacto de un tronco. Respirar hondo, sentir y sentirse. Semillas y micro-algas. Pan recién horneado. Siglos de sabiduría artesanal…

Este es el trailer de un viaje sensorial por la Costa Brava. Un viaje para olerla, tocarla, saborearla, escucharla y también observarla con otros ojos.

Y para ello os propongo cuatro itinerarios insólitos, cuatro rutas para oler esas hierbas mediterráneas tan propias de estos paisajes; para seguir el curso del agua que fue y es vehículo de tantas culturas; para tomar consciencia del entorno que nos rodea y de paso de nosotros mismos y, finalmente, para descubrir cómo se han recuperado sabores de antes heredados de muy atrás en el tiempo.