La Costa Brava y sus pueblos de siempre son un tesoro escondido entre cerros y campos que se extienden hasta el horizonte, envueltos por la brisa del Mediterráneo y el paso sereno de los años. Aquí, los pueblos medievales se mantienen firmes, resistiendo al paso del tiempo con una belleza atemporal. Pasear por sus calles es como hacer un viaje hacia un pasado que aún se respira en cada rincón, en cada piedra que sostiene las antiguas construcciones, en cada detalle que habla de una historia vivida y nunca olvidada.
Sobre los cerros, estas villas históricas parecen vigilar la tierra que las rodea, con sus murallas que abrazan el silencio y la paz. Las calles empedradas, irregulares y estrechas, son testimonios de una vida que se ha vivido sin prisas, donde el tiempo se movía a un ritmo diferente. Aquí, el sol se filtra entre las fachadas de piedra que llevan la marca de los años pasados.
Los pueblos de siempre están impregnados de historia, pero también de vida. Por las mañanas, los pájaros cantan con alegría, llenando el aire de melodías antiguas, como si fueran los mismos que han acompañado estas tierras durante siglos. Y cuando caminas por estos terrenos, parece que tus propias huellas se acoplan a las de todos aquellos que pasaron por aquí antes. Son pueblos que hablan de un pasado glorioso, pero que a la vez laten con el frescor de una nueva vida, en un equilibrio perfecto entre el pasado y el presente.
La naturaleza salvaje se cuela entre los muros y abraza los pueblos con ternura. Los campos de trigo y los olivos se extienden hasta más allá de lo que los ojos pueden alcanzar, creando un paisaje que parece pintado a mano. Las flores silvestres crecen entre las piedras, aportando colores vivos a este escenario de piedra e historia. La Costa Brava no es solo su mar, es también esta tierra fértil que alimenta el alma, esta conexión íntima entre la naturaleza y los hombres y mujeres que han sabido conservar y querer.
Andar por sus calles es un acto de contemplación. Aquí, el silencio no es vacío, sino que está lleno de significado. Cada piedra, cada sombra, cada rayo de sol parece un recuerdo, una historia de amor, de trabajo, de sueños vividos durante generaciones. Y mientras el sol se pone detrás de los cerros, tiñendo los campos de un dorado suave, podemos sentir que estos pueblos no solo han resistido al paso del tiempo, sino que se han convertido en guardianes de una esencia que solo se encuentra aquí, en este rincón de la Costa Brava.
Fotografies: Anna Pla-Narbona