El olfato es el sentido que mejor nos conecta con la memoria. Y es precisamente eso lo que hace especial a Bravanariz: cada fragancia es un homenaje al territorio, un paisaje líquido que te transporta a las montañas, a los campos floridos o a las brisas mediterráneas. Es volver a estar allí, en aquel momento, cuando te apartas el cabello detrás de la oreja y sin querer te hueles la muñeca. Cuando saludas a alguien y te das cuenta de que la nuca guarda la esencia del lugar que tanto quieres.
Ernesto, más allá de ser perfumista, es un artista del paisaje y un narrador apasionado. El fundador de Bravanariz une su faceta creativa con el amor profundo por la naturaleza, especialmente la del Alt Empordà, donde vive y de donde extrae la inspiración y los ingredientes para sus creaciones. Sus fragancias están elaboradas con plantas silvestres recolectadas de manera sostenible, reflejando no solo un compromiso con el medio ambiente, sino también un profundo respeto por la tierra que las hace crecer.
Lo que hace único el trabajo de Ernesto Collado es esta combinación de innovación y autenticidad. Bravanariz no solo ofrece fragancias, sino que te invita a conocer el territorio de una manera íntima y profunda. Donde cada botella es un relato en forma de aroma, una ventana que se abre al paisaje del Empordà, a las flores silvestres, las hierbas aromáticas y el aire fresco que caracterizan esta tierra.
Bravanariz te lo recuerda cada vez que dejas que una gota de fragancia toque tu piel. Es el Empordà hecho aroma, un recuerdo que no solo se lleva en el corazón, sino también en la muñeca, en el cuello o donde quieras capturar su esencia.
Con Ernesto Collado y Bravanariz, el olfato se convierte en una experiencia emocional, una manera de viajar a los lugares que nos han marcado y que queremos conservar para siempre.